Amigos Invisibles: Tan venezolanos como una Arepa 3000

Una máquina llamada “arepa” que viaja en el tiempo, se prende la “verga” para subir al espacio, allí se escucha la inconfundible voz de “Aly Khan”, el narrador eterno de carrera de caballos en Venezuela que nos recuerda que “Encaletado Adelante”, para dar entrada a ritmos afroamericanos que se mezclan con melodías de la Onda Nueva creada por “Aldemaro Romero”, esto es “Arepa 3000”, el disco que realza los colores, olores, sabores y sonidos de Venezuela.

“Arepa 3000” es la pieza que recuerda los opening de los “Miss Venezuela” de “Joaquín Riviera”, uno de los espectáculos televisados más esperados en el país en las décadas de los 80 y 90, da comienzo a un viaje de buena música de los “Amigos Invisibles”.

“La Vecina” es una pieza fresca, una especie de mojito preparado con cocuy de penca, colocando un toque de picante para mover ese cuerpo al ritmo de funk caramelizada con toques latinos. Ese monumento de mujer que vive al lado, irresistible no verla, mucho más no escucharla.

Llega un tema más merenguero, un “Que Rico” que va paseando por los labios de esa bella dama que se quiere comer de a poco como ese helado cremoso de vainilla de envase amarillo que producía “Tío Rico”.

Otro buen éxito comienza a sonar y lleva por nombre “Cuchi – Cuchi”, aquí los talentosos jóvenes de “Amigos Invisibles” nos presentan un ritmo de twist suavizado que se va transformando en una salsa pachangosa, es pegajosa, difícil de sacar de la cabeza, la cual termina con un trozo de alguno de los “Serruchos de Perucho Conde”, famoso personaje humorístico de Venezuela que realizaba unos micros radiales cargados de mucha crítica social. Por cierto, Perucho Conde aparece en el vídeo clip producido para esta canción.

La caribeña “Si estuvieras aquí” nos pone a bailar románticamente, bajo la luz de algunas velas vamos moviendo dos pasos a la izquierda y dos a la derecha, le das una vuelta y la tienes de frente para verla a través de esos ojos maravillosos, sin miedo le dices: – “amor me podrías hacer sentir tanto placer”.

Ahora viene una pieza tecno funk, “Masturbation Session”, juego de ritmos que acompañan a una letra con ese doble sentido muy propio del venezolano. Al terminar aparece la voz del famoso locutor el “Tigre Rafael” para ir introduciendo a una salsa cabilla llamada “Mami te Extraño”,  el grito de “ánimo” le da la bienvenida a un tema marcado por el ritmo de la percusión. Al terminar aparece un fragmento de alguno de los espectáculos humorísticos del “Conde de Guacharo” dando un consejo para regenerar a los malandros.

Se escuchan las sirenas de la patrulla y de ella se baja la sensual “Mujer Policía”, aquella que se ríe de su víctima mientras lo raquetea fuertemente. Esa frase de “porque no me metes preso y arreglamos esto” estuvo tan de moda gracias a que esta canción fue encadenada en las radios comerciales.

Aparece una corta pieza que te deja un alerta “No le metas mano” a la novia del pana. El funk regresa con el cover de “Amor”, tema original de Jorge Spiteri, les recomiendo disfrutar de esos timbales sin remordimiento.

Llega un juego de sonidos llamado “Pipi”, es una nota onomatopeyicamente refrescante en el medio del disco. Sonido tecno para dar entrada al “Barro”, la historia de uno de los dolores de cabezas de muchos adolescentes: el acné. Una canción divertida para cantar con los panas después de unas cuantas frías.

“Domingo Echao” llega cargado de sabor latino, se siente ese acid jazz mezclándose con la “Onda Nueva”, es para descansar, relajarse porque aun viene cosas buenas en esta “Arepa 3000”.

Suena un cuatro relámpago, el órgano hace una introducción funk para contar la historia de “Piazo E’ Perra”, una expresión del coloquio popular, con su toque vulgar haciendo referencia de manera negativa sobre la mujer infiel.

Llega una de mis piezas favoritas de “Los Amigos Invisibles” “El Baile del Sobón”, un merengue que recuerda los éxitos de “Wilfrido Vargas”, que va contando la historia de ese personaje de las películas de terror del nuevo milenio, un individuo que le gusta pegarse a las muchachas, y si esta se descuida el hombre va bajando lentamente la mano. Divertida y contagiosa, provoca bailarla toda la noche. Al terminar aparece un corto sonido de tambores de “Choroní”.

“Fonnovo” es posiblemente la más floja del disco, aunque es la más rockera del álbum, con su característico toque funk. Ahora llega algo más movido, “Caliente” es funk puro, es para pararse del asiento y dejarse llevar por el ritmo.

Una salsa muy cabilla cierra el disco, “Llegaste Tarde” es un homenaje a uno de los ritmos que más se escucha en los hogares venezolanos. Al terminar la canción la nave “Arepa 3000” termina de hacer su viaje por un país maravilloso, siendo las palabras del gran “Alfredo Escalante” las encargadas de despedir este gran álbum.

Cuando observas el disco en su totalidad te dejas llevar por una de las tantas pinturas de “El Ávila” de Manuel Cabré, en este caso es “La Silla desde la Urbina”, haciendo que esa obra de arte envuelva a toda esta producción y comience a esparcir distintos valores de la venezolanidad.  Este disco tiene un objetivo que más allá de lo musical, llevar la esencia de un país en sus sesenta y seis minutos con ocho segundos, que el mundo conozca una arepa rellena de las mejores muestras de nuestra idiosincracia, mechada como la carne del “pabellón” y sabrosamente mezclada como la ensalada de la “Reina Pepiada”.

Este disco colocó ante nosotros una propuesta musical de la cual debemos sentirnos orgullosos, mezcla muchos elementos de nuestra sociedad, desde lo más serio hasta la forma jocosa de ser del venezolano. Esto es “Arepa 3000”, sonidos llenos de colores que resaltan el orgullo nacional, y “Los Amigos Invisibles” se encargaron de recordarnos por siempre lo chevere que somos.

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