Una caja de los sueños llamada “Walkman”

Desde muy temprana edad tuve la fortuna de contar con un walkman, ese equipo todo poderoso que podrías llevar a cualquier lado y que te daba la oportunidad de escuchar la música que más te gustaba sin esperar hasta llegar a casa, no era necesario depender de la fortuna para que alguna emisora sintonizada en los pequeños radios portátiles colocaran una de las canciones que tanta felicidad a uno le generaba, era todo un privilegio contar con ese aparato capaz de reproducir las cintas que con tanto cariño uno grababa sábados y domingos.

El walkman era una gran “bendición” que requería de una gran fuerza que le diera vida, se trata de la energía proveniente de las baterías AA. Preferiblemente debían ser nuevas y de calidad, alcalinas mejor, para que pudieras garantizar el mayor de los tiempos de reproducción de tus cintas. Con el pasar de los meses uno fue aprendiendo trucos para hacer más duraderas las “pilas” y evitar quedarte sin escuchar alguna de las cintas que llevaste en unas vacaciones o viaje de fin de semana, como aquello de regresar la cinta de los cassettes con un lápiz, pero mejor aún con un bolígrafo “Kilométrico” (marca de un famoso lapicero económico).

Tener diez años de edad y contar con un equipo tan maravilloso como el “Walkman” era un milagro en sí mismo, no cualquiera lo podía tener, al principio fue muy costoso. Me siento dichoso por haber contado con este aparato, por cierto, de segunda mano, que me permitió que varios momentos fueron más especiales de lo que ya podían ser; desde los audífonos salía todo el sonido de aquella canción que llenó de luz ese instante, así como escucharla justo después de vivir una experiencia única.

Aquel reproductor personal se convirtió en la caja mágica, capaz de potenciar momentos que sin su presencia hubiesen sido más sencillos de lo que hoy recuerdas, o incluso, borrado de tu memoria, porque al final es la música la que dispara el recuerdo de ese  instante tan especial, de esa experiencia que por siempre será única.

Una canción que llenó de purpura mi vida

Recuerdo que hubo una cinta que grabé por allá en el año de 1987, se trataba de un cassette TDK de 60 minutos, en ella registré varias de las piezas que se encontraban en los discos de 75 r.p.m. que llenaban de mucha energía la casa. Una de esas joyas es una gran canción de la banda británica “Deep Purple” llamada “When A Blind Man Cries”.

«When A Blind Man Cries», Cara B del Single de Deep Purple de 1972.

Aquella suave pieza de rock clásico sacudió mis pequeños oídos, llegó a mi vida cuando solo contaba con la mitad del tiempo que ya tenía esta canción, la misma tendría para ese momento un poco más de once años desde su composición y posterior grabación. Fue gracias a ese corto disco de 75 r.p.m. que se encontraba en ese estuche azul, que llamó mi atención por ese color purpura que tenía en el centro, y la cara “B” se podía leer grande el título “Cuando Un Hombre Ciego Llora”, ya esa frase era impactante hasta para un niño de casi seis años.

Esa gran canción me atrapó sin tener idea de quienes eran esos músicos que hacían llamar a su grupo “Deep Purple”, no sabía de qué se trataba esa melancólica pieza, solo me dejé llevar por  una guitarra que parece llorar bajo una tenue lluvia, aun no lo comprendía pero sin que nadie me lo dijera comencé un viaje fascinante que conecta con las poderosas y hermosas raíces del blues.

Con el pasar del tiempo descubrí que esta genial pieza había sido rechazada por uno de sus integrantes como lo fue el guitarrista Richie Blackmore, por eso no formó parte del gran álbum de Deep Purple publicado en el año de 1972: “Machine Head”.

“When A Blind Man Cries” ocupaba unos tres minutos y medio de aquella cinta TDK que llevaba a todos lados, y que el poderoso “Walkman” me permitía escuchar en la escuela, en el parque, frente al mar, simplemente lejos de casa y del siempre fiel tocadiscos. Algún día contaré más sobre esta canción, que tiene una historia muy interesante, pero que en lo personal fue esa melancolía que me acompañó en muchas oportunidades dejando que mi imaginación pudiera crear mundos mágicos, llenos de cielos grises, cuyo final de la historia el sol era protagonista, capaz de secar cada una de las duras lágrimas sacadas de lo más profundo de la inmensidad.

Walkman: Una maravilla de los 80’s

Aprovecho este espacio para contarles que en estos días he tenido la oportunidad de disfrutar de un canal en YouTube de un par de jóvenes españoles que hacen unos interesantes abordajes a discos de rock clásico, más por aquellos que forman parte de lo progresivo, pero sobre todo y de manera muy especial, realizan un gran viaje por álbumes de aquellos movimientos tan maravillosos surgidos en los 90’s como lo son el Grunge, la “Movida de Manchester” y el “Britpop”; ellos se llaman “RocKriticos” y los invito a que los sigan.

Una de las cosas que me dejó gratamente sorprendido y que encontré en varios de sus vídeos, es su amor y defensa por la música realizada en la última década del Siglo XX,  pero acompañado en muchas oportunidades con expresiones de rechazo a lo ocurrido en los 80’s. Esto me hizo reflexionar, porque crecí entre ambas decenios, los años ochenta son mi niñez, mientras que los noventa mi adolescencia, no puedo entender el uno sin el otro. Pero esto tiene que ver con el tema de las conexiones emocionales, es necesario que las piezas musicales, que los discos, que las canciones se conectan con una parte de tu vida, que pasen por tu niñez, por tu adolescencia, que te lleven a tu hogar, a ese lugar que recuerdas con tanto anhelo, a esa etapa que disfrutaste a más no poder; de no ser así no sentiremos nada por ellas.

Los 80´s son una década muy interesante en lo musical, no sé si más rica que la de los 90´s, pero es obvio que sin la primera no existiría la segunda; y que sin la evolución tecnológica ocurrida en esos años tampoco hubiese ocurrido varios de los acontecimientos de finales del siglo pasado. Muchas veces me hice esta pregunta ¿Hubiese sido Nirvana y el Grunge un fenómeno global sin la presencia de MTV? Creo que no de la misma forma, pero como ocurrió, no podemos dejar de lado que fue el vídeo de “Smells Like Teen Spirit” transmitido por este canal de televisión el que disparó las ventas del álbum “Nevermind” y lo que en definitiva abrió la caja de pandora que estaba en Seattle.

Así mismo podemos hablar de la importancia que tiene el Walkman para una generación, de cómo la música salió de nuestras casas, como le dedicábamos tiempo a grabar esos cassettes que deseábamos reproducir en el mítico aparato; pero sobre todo, lo valioso que fue para el desarrollo de la tecnología en los equipos de reproducción musical, sin aquel primer “ Walkman Sony” no sabemos si el “Discman” hubiese nacido con la calidad que lo hizo, así como esa joya del nuevo milenio llamado Ipod, o cualquier reproductor de MP3.

Es verdad que hoy  mencioné mi experiencia de llevar conmigo un cassette la cual contaba con la grabación de una canción de los 70’s como lo es “When A Blind Man Cries”  de Deep Purple, pero es necesario que diga que canciones como Beat It” de Michael Jackson, Shout de Tears For Fears, Take On Mede A-ha, Big In Japan de Alphaville o Seven Wonders” de Fleetwood Mac, pasaron por el cabezal de aquellos walkmans “Sony” que tuve la oportunidad de tener y que permitieron que mi vida contara con toda una experiencia musical, que puedo recordar cómo cada una de estas canciones viaja por mi mundo interior y me transporte a lugares y momentos únicos e irrepetibles, volver a ser aquel pequeño niño que saltaba en el parque mientras sonaba el maravilloso solo de sintetizador de Eddie Van Halen.

8 respuestas a «Una caja de los sueños llamada “Walkman”»

  1. •~…si que sabes contar, dejas la intriga de esas historias que mencionas, y se quedaron en el tintero. Como fueron cambiando los reproductores para la música, es grande tu entrada como los son recuerdos. Y gracias por la recomendación del canal. Buenas energías Soo!~•

    Le gusta a 1 persona

Replica a ~Aileen~ Cancelar la respuesta