Una nostálgica hermosa canción con un rayo de esperanza, así se puede definir a una pieza tan particular escrita por Bruce Springsteen y que ha transcendido en el tiempo entre otras cosas por ser el tema principal del film “Philadelphia”, a la cual le dio el nombre de “Streets of Philadelphia”.
La canción nace de una llamada realizada a Bruce Springsteen por parte del director de la película “Philadelphia”, Jonathan Demme. El consideró a este músico como la persona idónea para escribir y grabar la pieza principal de un film que trata un tema muy polémico para la época en que fue estrenada, una historia que coloca sobre la mesa la enfermedad del SIDA, pero más que eso, es un llamado de atención por la discriminación existente hacia los homosexuales.
El gran músico estadounidense autor de obras legendarias como “Born To Run”, “Hungry Heart”, “Badlands” y la polémica “Born In The U.S.A.”, tomó el llamado de Jonathan Demme y comenzó a trabajar en el tema musical. En junio de 1993 presentó su genial creación que cuenta con la colaboración del bajista de “Other Band” Tommy Sims, quien además hace acompañamiento en las voces.
Es una melodía transportadora, capaz de bajarnos un cielo gris, se siente que hay muchas ganas de llover, pero es tan pesada la carga que no hay forma de que salgan las gotas de esas nubes robustas, como si fuera necesario mantener por mucho tiempo esa agua ahí para hacer de muro de contención. La letra es como un papel arrugado, junta todo hacia un mismo punto, hay una fuerte emoción que transpira tristeza:
“I was bruised and battered and I couldn’t tell what I felt. I was unrecognizable to myself. Saw my reflection in a window I didn’t know my own face. Oh brother! Are you gonna leave me wasting away? On the streets of Philadelphia. (Yo estaba dañado y maltrecho y no podría decir lo que sentía. Estaba irreconocible a mí mismo. Vi mi reflejo en una ventana y no conocí mi propia cara. ¡Oh hermano! ¿Vas a dejarme desperdiciarme? En las calles de Filadelfia)”.
La letra se puede tratar de la historia de ese joven abogado que lleva en su sangre el VIH, una enfermedad que aparentemente es lo que llevan a despedirle del bufete donde laboraba, por lo cual Andy Beckett toma acciones para llevarlos a un juicio en defensa de sus derechos y de todos aquellos que se encuentran en su condición; este papel fue interpretado de manera impecable por el actor Tom Hanks, quien le hizo merecedor del premio Oscar al mejor actor principal en la entrega número 66, el primero de los dos que ha recibido en esa categoría.
Pero si profundizamos bien, esta letra se pueda referir a más de una persona que vive en las duras calles de Philadelphia, donde la pobreza convive con la violencia, la destrucción de la juventud, el rompimiento de familias, la miseria, la discriminación: “I walked the avenue till my legs felt like stone. I heard the voices of friends vanished and gone. At night I could hear the blood in my veins, just as black and whispering as the rain, on the streets of Philadelphia. (Caminé por la avenida hasta que mis piernas se sintieron como roca. Oí las voces de amigos que desaparecían y se iban. Por la noche yo podía oír la sangre en mis venas, así negra y susurrante como la lluvia, en las calles de Filadelfia)”.
Philadelphia, aquella ciudad donde prácticamente se apilaron las bases de las luces de los Estados Unidos de América, fue allí donde los padres fundadores firmaron la Declaración de Independencia de un pueblo que tendrá un importante papel en la historia universal contemporánea; esa población cuyo nombre significa “la ciudad de amor fraternal” es hoy día la metrópolis de este país con mayor miseria, según el American Community Survey más del 27% de la población de Philapdelphia vive en estado de pobreza extrema, un dato que refleja las dificultades que padece la gente que camina por las calles donde se gritó hace más de doscientos años la palabra libertad.
The Boos ha traído a esta letra más que la historia central de una película, supo colocar el acento de un problema que se vive todos los días en las calles de una gran ciudad: “Ain’t no angel gonna greet me. It’s just you and I my friend, and my clothes don’t fit me no more. I walked a thousand miles just to slip this skin. (Ningún ángel me va a saludar. Estamos solamente tú y yo mi amigo, y mi ropa no me ajusta nunca más. Caminé mil millas solamente para errar a esta piel)”.
Bruce Springsteen regresó a sus raíces, colocó nuevamente el tema social en sus letras, su mensaje lleno de crítica y de llamado de atención hacia su gente volvió de manera inteligente y emotiva; aprovecho el colocar una canción como tema central de una película que maneja un tema muy sensible como lo es el trato de personas con VIH además de la discriminación hacia homosexuales; pero con sapiencia trajo todo lo que le transmite las calles de Filadelfia. Esta nostálgica letra convertida en canción se hizo merecedora de un premio Oscar como “Mejor Canción Original para un Film” en las entrega celebrada en marzo de 1994, pero también fue ganadora del Globo de Oro, cuatro Grammy’s y un MTV por el video también dirigido por Jonathan Demme.
“Streets of Philadelphia” es sin duda una gema a través de la cual se puede ver un gran problema social, se siente la triste brisa, se observa el miedo en rostros apagados, sin embargo al final se es capaz de observar una luz llena de esperanza, esos rayos de sol que siempre invitan a creer en un mañana, en un cambio posible, en un despertar de la pesadilla para comenzar a caminar por calles donde el cielo azul nunca desaparezca: “The night has fallen, I’m lyin’ awake. I can feel myself fading away, so receive me brother with your faithless kiss, or will we leave each other alone like this, on the streets of Philadelphia. (La noche ha caído, yo he quedado despierto. Puedo sentir a mí mismo desvanecer, pues recíbeme hermano con tu beso infiel, o nos dejaremos uno al otro así, en las calles de Filadelfia)”.